En la comparecencia ante el Senado, la titular de la Secretaría de Economía, Raquel Buenrostro, destacó que se ha observado la llegada de más empresas extranjeras a México que buscan beneficiarse de la cercanía con Estados Unidos.
Más de 400 empresas tienen la intención de relocalizar operaciones productivas de Asia a México, destacó Raquel Buenrostro, secretaria de Economía.
De acuerdo con las empresas contactadas como parte del programa de entrevistas del Banxico, se ha observado la llegada de más empresas extranjeras a México que buscan beneficiarse de la cercanía con Estados Unidos.
Esto se debe principalmente a las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos y a las reglas de origen del Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que fueron mencionados por 49.3 y 49.0% de las empresas entrevistadas, en ese orden.
“Actualmente existe la intención de más de 400 empresas de América del Norte en realizar un proceso de relocalización de Asia a México”, dijo Buenrostro este martes en una comparecencia en la Cámara de Senadores”
La semana pasada, la representante de Comercio de Estados Unidos, Katherine Tai, pidió una solución rápida a la controversia en materia energética que inició su país contra México en el marco del T-MEC, tras la primera reunión de ella con Buenrostro, en forma virtual.
En la comparecencia ante el Senado, Buenrostro expuso que México y Estados Unidos son dos grandes economías que se complementan y se benefician mutuamente.
“La negociación y los acuerdos comerciales que favorezcan a ambos países son una necesidad y un imperativo. A México no le interesa en absoluto la confrontación; es el diálogo, la negociación y el derecho lo que dirimirá cualquier diferencia comercial que exista entre ambas naciones”, dijo la funcionaria enseguida.
El 20 de julio de 2022, Estados Unidos solicitó consultas con México bajo el capítulo de Solución de Controversias del T-MEC, argumentando que varias políticas energéticas de México violan a este acuerdo, favorecen a Pemex y la CFE y afectan negativamente a las empresas estadounidenses que operan en México y a la energía producida en Estados Unidos.
Fuente: El Economista